Onomástico

Normalmente a mis amistades les quedan muy pocas energías para festejar mi día. Todos están rendidos por los excesos de la víspera, que suelen ser muchos: La víspera es pues "a toda madre". Por eso, hace buen tiempo ya, dejé de aguardar la llegada de Las Mañanitas. La ventana se queda tramposamente entreabierta, y ellos nunca llegan.

En los últimos tres o cuatro años, he procurado agasajarme yo mismo, sin esperar... ¿La peor manera posible? Puede ser, pero ha sido la mejor para mí. Cuando no esperas nada, es muy difícil ser defraudado. No hay problema si nadie viene.

Según lo acostumbrado no sobran los planes, compromisos, ni telefonazos este fin de semana. Falta la mujer, no sirve de nada insistir; falta el amigo, todos los tipos de resaca; falta el padre, de visita a la abue; y también el hermano, la personificación de la desidia.

¡Qué diablos! Pongo esa película, mejor la saga completa, y me echo unas buenas cervezas en casa. Aunque... ¿No sería mejor aprovechar la ocasión para sacarme la espina e ir de una vez a ver de qué trata ese concurrido espectáculo de la 1388? Mejor hago de todo: como rico, bebo un poco, veo la película y voy... Y voy.

Dicen por ahí que los cumpleaños siempre traen sorpresas, pero ésta es una que nadie imaginó. Suena el teléfono, y eres tú. ¿Por qué? ¿Cómo? No me importa, eres tú. ¿A las 9.30?, perfecto. Eres tú. ¿Cenamos o solo café? ...está bien, primero café y después vemos.

Es una tremenda rareza que estés ahora aquí, conmigo. Vamos, no te enfades. Es natural pensar así. ¿Crees que alguien podría anticipar que las escasas dos frases que intercambiamos aquel sábado se convertirían en este brindis y este abrazo? Fueron apenas diez minutos, ¿recuerdas?

La ciudad parece vacía desde la taza de café. Ha comenzado a llover. Todo está oscuro. Las parejas se abrazan, los amigos comparten paraguas, los padres apuran el ritmo y los hermanos llaman a casa. También adentro está vacío, mojado, oscuro. Y el hado te ha convertido en un tibio refugio.

Este es un cumpleaños que no olvidaré.
28 de mayo de 2006